De bien a bien no sabemos cuándo éramos felices, si cuando las noticias nos caían con cuenta gotas o ahora que nos llegan en cascada, pero, si con cierta nostalgia (dolor por el pasado), recordamos los tiempos en que se podía hacer tránsito tranquilo por las calles del pueblo o de la ciudad. Es terrible comprobar como todas las personas sin importar edad, sexo, condición social o económica, de manera paulatina vamos perdiendo la capacidad de sorprendernos ante los acontecimientos violentos, que conllevan el asesinato de mexicanos que sólo son, ahora, números de estadística, pero que las cifras que se dan a conocer, son las que el gobierno no puede ocultar, pero si el señor presidente ¡siempre! Tiene otros datos, lo cierto es que los otros datos, los que no se publican son de tanta tragedia como los que se saben. No hay día de Dios que no nos enteremos de marchas, cierres de calles y avenidas, bloqueo de carreteras, quema de autos, tráileres, y no es que la indiferencia, indolencia u omisión de las autoridades sea, ahora, porque un montón de gentes, hombres y mujeres, que gala de cinismo, andan en chinga por asegurar “el bienestar de su familia”. Morena, está viviendo las consecuencias de las mentiras que se dicen al través del vocero en las mañaneras; hombre que lleva sobre los hombros una responsabilidad que es un traje que le ha quedado grande, todo porque el Don Andrés no tiene ni la estatura de un estadista, ni la gana de hacer un buen trabajo porque el señor está lleno de rencor y resentimiento y sus fobias lo han llevado a cometer desatinos graves y peligrosos en contra de personas públicas como es Xóchitl Gálvez Senadora de la República que sólo por ser mujer es merecedora de respeto y consideración y a Ciro Gómez Leyva, periodista que ha sido víctima de un atentado y que en un país donde han sido asesinados periodistas a lo largo y ancho del país, es irresponsable cuchiliar a los leones poniéndoles la carne a su alcance. Los hechos violentos que han ensangrentado a la patria, no son exclusivos de Morena, pero, lo que sí es responsabilidad del gobierno actual es la necedad de no aplicar el peso de la Ley en contra de todos los grupos que han hecho de la muerte con lujo de violencia un grande negocio, que se pasean en los lugares que han tomado como rehenes, como Juan por su casa, estando los mal llamados la Guardia Nacional, porque son hombres y mujeres a los que se les ha puesto un nombre y un uniforme que sólo les sirve para que los exhiban en los desfiles como artículos decorativos y que se han vuelto una carga económica porque su Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas les ha dado la difícil misión de ir a abrazar a los que, ellos sí, no se tientan el corazón para darles de balazos. El que manda, manda, y el mandado no tiene culpa. El que pierde un familiar tiene derecho a exigir justicia, y no pueden haber muertos de primera y de segunda, cierto, los padres de los normalistas de Ayotzinapa tienen toda la razón del mundo de estar no enojados sino encabronados por el engaño, López Obrador cuando candidato les ofreció el oro y el moro, ya presidente, le confió la misión al fracasado de Alejandro Encinas y han dado una “verdad mentirosa” que ya se conocía sólo que corregida y aumentada. Encinas y Rosario en relación al cuidado de los Derechos Humanos, sólo han dejado ver su alto grado de ineptitud, no es que sean omisos, son ineptos, veamos el caso de los cuarenta calcinados, los migrantes, la pregunta, ¿qué han hecho con Francisco Garduño? Responsable de la migración a nivel nacional, ¡nada! Él, tan campante, he ahí lo importante de ser amigo del presidente, mientras el otro anciano, Murillo, se muere en la cárcel. De los jóvenes que de media docena para arriba los matan, Jalisco, Michoacán, Zacatecas, Guanajuato Nuevo León y Morelos, los estados reconocidos como los más violentos no sólo a nivel nacional sino en el mundo, y aún así se dice que la criminalidad va a la baja. Así como los muertos del 2 de octubre del 68, todo hace creer que los asesinados de ahora van a quedar en la impunidad, en el dolor de las familias y en la ira de quienes se sienten utilizados en los actos de politiquería presidencial. ¡Despertemos mexicanos! El Gran Elector, nos está ofreciendo el personaje que le garantiza “la continuidad del fracaso” de la 4T, porque Ella, Claudia, ella y nadie más, le puede cuidar las espaldas a quien de una u otra manera, ¡ya se va!, sí, ya se va, pero se queda, porque de ganar Claudia, Él seguirá en el poder aunque el garrote (léase bastón de mando) esté en la siniestra (mano izquierda) de la supuesta líder. Si alguien duda de lo dicho, no oigan, escuchen el tono de voz del discurso de la elegida, las propuestas, el manoteo y la paseadita que hace sobre los foros, eso sí, con el papel en la mano derecha, para decir “lo que tiene que decir” porque el cerebro no da para más. Eso sí, más de lo mismo. HASTA LA PRÓXIMA.
El Tintero
Por Alberto Miranda.