El pasado 10 de octubre se conmemoró el Día Mundial de la Salud Mental, una problemática ya presente en la sociedad mexicana y desde luego, en la morelense, antes de la presencia de Covid-19 y agravada tras la parálisis económica y el confinamiento domiciliario decretados oficialmente para aminorar los contagios por esta enfermedad.
Anterior a la emergencia sanitaria, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estimaba que en México, 75 por ciento de la fuerza laboral padecía estrés. Después de más de un año de pandemia, los daños a la salud mental de los trabajadores se acentuaron debido a pérdida de empleo o la presencia de la enfermedad entre su familia más cercana.
Además, el prolongado retiro domiciliario dio lugar a relaciones interpersonales conflictivas, subieron los índices de violencia familiar, el número de feminicidios, los embarazos entre adolescentes, la deserción escolar, entre otras consecuencias durante y después de la emergencia sanitaria.
Trabajadores activos o aquellos que perdieron su fuente de ocupación por impacto de la emergencia sanitaria, las mujeres víctimas de violencia en el hogar y los integrantes del sector educativo, fueron los más afectados en su salud mental por el paso de Covid-19. La Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación, practicada por el INEGI en 2020, estima que 2.2 por ciento de la población inscrita en el ciclo escolar 2019-2020 no concluyeron el ciclo por un motivo relacionado con Covid-19, por falta de dinero o porque tenían que trabajar.
Alrededor de dos años después del sufrir los impactos a la salud y económicos por Covid-19, cuatro millones de personas en México padecen depresión, seis millones más tienen problemas relacionados con consumo de alcohol, 10 por ciento de adultos mayores de 65 años sufren cuadros demenciales y 15 por ciento de la población entre 3 y 12 años padece algún tipo de trastorno mental o de conducta.
En Morelos como en el país es un tema de salud pública, pues el Congreso local aprobó para 2023 un presupuesto de 8 millones 900 mil pesos, en atención a la salud mental de la población, recursos por debajo de lo recomendado por la OMS, tomando en cuenta que en la entidad van en aumento las cifras de suicidios y “vulneración emocional”.
Según estimaciones del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), institución federal asentada en la entidad morelense, señalan que un tercio de las patologías mentales entre la población, después de la pandemia se elevaron a dos tercios, especialmente por estrés, ansiedad y depresión, patologías que se traducen en violencia familiar, escolar, de género, comunitaria y criminal.
La recuperación de la sociedad mexicana y morelense tras el paso de Covid-19 en nuestro país, no solamente es económica sino también de salud mental, esto lo deben tener presente aquellas y aquellos que tienen la mira puesta en una presidencia municipal, en una legislatura local o federal y, desde luego, quienes aspiran a obtener el Poder Ejecutivo de Morelos en las elecciones de 2024.
Hemerografía y consultas:
El Economista, 08/10/2021, (Gerardo Hernández),
Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática (Inegi), Encuesta para la Medición del Impacto Covid-19 en la Educación (Ecovid-ED) 2020,
https://www.inegi.org.mx/contenidos/investigacion/ecovided/2020/doc/ecovid_ed_2020_nota_tecnica.pdf
El Sol de Cuernavaca, 09/10/2023, (Emireth Cossío),