Violeta Luna
Nacida en la Ciudad de México y orgullosa de su origen, Angélica Aragón no solamente es actriz y cantante, ella es activista, ecologista defensora del medio ambiente, así como de especies animales amenazadas por la acción humana; pero sobre todo se declara feminista, partidaria del derecho a decidir y activa combatiente de las violencias hacia las mujeres. Lo mismo ha participado en campañas mediáticas que asesorado y acompañado a sus cercanas en situación de vulnerabilidad. Ha trabajado de la mano de gobiernos y sociedad civil, mientras que por su cuenta y/o al lado de colegas en el medio artístico ha impulsado proyectos encaminados al empoderamiento, el acceso a la justicia y el rescate de la memoria. Angélica es políglota, pues su formación profesional se dio principalmente en el extranjero.
Es “abuela” así entrecomillas porque si bien su nombre no figura como abuela legal de nadie, refiere estar muy rodeada de niños y niñas: sobrinos, sobrinos-nietos etc.… infancias con la que convive de manera cotidiana; en ese contexto sugiere que a ellos y a ellas “(…) hay que llenarles la cabeza de propósito, de proyectos, de sentido de responsabilidad”. Detalla con entusiasmo que ella jamás regala juguetes sino libros, pero sólo aquellos que les pueden inspirar, incentivar la curiosidad y/o llevarles a cuestionarse.
Mientras se dirige a por lo 400 mujeres con motivo de una conferencia dictada por ella en el teatro Ocampo en el centro de Cuernavaca, Angélica Aragón explica que lo más relevante de “María Inés”, su personaje protagónico en la Telenovela Mirada de Mujer (Argos 1997) no fue la posibilidad de tener una pareja menor que ella, “Ari Telch ni siquiera es tan joven respecto a mí” detalla entre risas, Angélica enfatiza que, a lo que verdaderamente hay que ponerle atención, es al hecho de que al día de hoy, en pleno siglo XXI ( XX cuando se grabó la novela) se sigue condenando socialmente a las mujeres que tienen otra pareja después de un divorcio o separación, sobre todo si esta es más joven, mientras que a los hombres el mismo hecho se les celebra e incentiva.
Angélica Aragón vive el primer año de su séptima década de vida, recuerda que, apenas teniendo conciencia, en casa de su abuela materna; una feminista impulsora del movimiento de liberación nacional en la década de los cincuenta conoció al General Lázaro Cárdenas del Río; menciona con ironía que su esposa Amalia era más alta que él “ahí andaba también Cuauhtémoc entonces como de 16 años”.
Aragón no es el apellido legal de Angélica, ella tiene otros apellidos en su acta de nacimiento, sin embargo decidió adoptar Aragón como un homenaje a su abuela paterna: “Mi abuela murió de su quinto parto a los 19 años, desangrada en el monte por llevarle la comida a la labor a mi abuelo y él dijo bueno ¿y ahora quien se va encargar de esas escrituras? inmediatamente vino la sustituta y de ahí surgieron otros 19 hijos somos de rancho, tierra de machos recalcitrantes por eso me llama tanto la atención que mi papá no resultara ese macho que pudo haber sido, posiblemente porque nunca vio que mi abuelo tratara mal a su mamá”.
Angélica sostiene que una parte fundamental en la formación de alguien, para transmitir fuerza y valentía, suelen ser las abuelas: “Acabo de estar en el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México en un evento con ponentes provenientes de toda América Latina, todas de edades distintas, con diversas profesiones todas se refirieron a sus abuelas como las primeras que les hubieran inspirado un sentido de justicia, de equidad, son las primeras que a veces nos señalan un camino a seguir”.
Carlo es su sobrino-nieto y con él comparte cumpleaños (11 de julio), refiere que el niño vive en la costa del Pacífico y le dice: “Tú no te preocupes tía, yo me voy a encargar de cuidar los océanos del planeta” y es que lo tengo sentenciado, menciona ella entre risas.
Angélica Aragón detalla con orgullo que el imperio Mexica es reconocido por historiadores contemporáneos como uno de los dos más grandes imperios de la humanidad junto con el Romano: “Hace 35 años que interpreto el papel de Isabel de Moctezuma quien fue la última reina del Anáhuac, hija de Moctezuma segundo, heredera a la muerte de éste y casada con Cuitláhuac que murió de viruela a los 6 meses y luego es casada con Cuauhtémoc su primo-hermano, él defiende al imperio hasta donde se puede y ella está presente en su tortura y muerte, a más de 500 años de tales hechos, a los historiadores todavía les cuesta trabajo reconocer el papel de tantas y tantas mujeres en nuestra historia local”.
En el mismo tenor recuerda a Amalia González Caballero de Castillo Ledón quien fue la primera gobernadora en un estado a la muerte de su esposo, antes de Griselda Álvarez Tinoco, quien lo fue por elección popular. Entre los hechos relevantes en la historia de González Caballero, se cuentan el hecho de que fue la primera mujer mexicana en hablar ante el pleno de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), además de que fue una de las impulsoras del voto para las mujeres desde la década de los 30 (logrado hasta 1953). Refirió con indignación que pese a haberse solicitado por parte de la familia a la federación que sus restos fueran trasladados a la rotonda de mexicanos ilustres (bajo la glorieta del ángel de la independencia), la solicitud fue denegada: “¿En qué país vivimos? en donde no se le puede reconocer a una mujer ni siquiera medio siglo después de muerta su valor y trascendencia en la historia mexicana que supera a muchos”.
Ataviada con huipil blanco y púrpura, calzando huaraches negros y cargando un bolso con libros de los que es coautora, Angélica se presentó alegre y sencilla frente a su público, refiriéndose a la ahora ciudad de Cuernavaca por su nombre originario: Cuauhnáhuac. Abrazó a su amiga y co anfitriona del evento Lourdes Barbosa, radialista y fundadora de mujeres en frecuencia A.C. quien recordó que el primer trabajo que hizo al lado de Angélica fue una campaña para buscar reducir la mortalidad materna en México.