Personajes y grupos que en el pasado contaron con prebendas y privilegios en política y económicamente, llevan más de cinco años de existencia iracunda al perder las condiciones que de manera injusta y desigual les proporcionaron un estatus por encima de la mayoría de la población.
Bajo esa dinámica el poder económico y político del Estado encumbró a personajes, familias y empresas que ya no tienen ese privilegio, pero atesoraron tanta riqueza que hoy son adversarios del nuevo orden constitucional, y se disponen a convertirse en un dique impasable en el avance de la transformación en curso.
Dominaban estos grupos el abasto de medicinas al sector público de la salud y controlaban su infraestructura y equipamiento, lo que representaba ganancias de miles de millones de pesos anualmente; se beneficiaban con el abasto de insumos para el funcionamiento de la burocracia de los tres niveles de gobierno y de todos los poderes públicos; con empresas privadas daban servicio de mantenimiento al alumbrado público en las ciudades, entre otras muchas concesiones.
Estas ventajas dieron lugar a la creación y crecimiento de grupos y familias beneficiarias que hoy se duelen por el desplazamiento de que son objeto. Miles de millones de pesos han dejado de obtener ante la nueva situación económica y política que les resulta adversa. De sobra conocidos los grupos Atlacomulco, la familia de Carlos Hank, la de Madrazo, los Figueroa, los Garza, los Beltrones, la descendencia de Silva Herzog, la descendencia de Fox y Martha Sahagún, etcétera.
Lo que hoy tienen estos personajes, grupos y familias es encono, y han decidido combatir al actual régimen; sin embargo, no demuestran tener un proyecto de nación, sencillamente porque en décadas de existencia ese no fue su objetivo; lo suyo es saquear bienes y recursos de la nación.
En este proceso electoral estos personajes y grupos se han unido en torno a su interés supremo: retornar al pasado de privilegios, exención o devolución de impuestos y ocupación de puestos públicos para su beneficio particular. Un empresario dolido encabeza esa legión, a la cual ha sumado a tres partidos particularmente señalados por su práctica corrupta y antidemocrática: PAN, PRI y PRD.
Una mujer se ha prestado para desempeñar en su representación, el papel de contendiente por la Presidencia de la República en este 2024: Xóchitl Gálvez Ruiz.
Funcionaria en el sexenio de Vicente Fox, después jefa delegacional en la CDMX y senadora por el PAN. Sin significado sustantivo en el ámbito nacional, salvo que desde 2018 protagoniza negativas y descalificaciones a una política económica de bienestar social encaminada a disminuir la desigualdad existente, donde el estrato poblacional asalariado con menores ingresos percibía ese año en promedio 101 pesos al día, mientras el estrato más alto percibía mil 853 pesos, 18 veces más (1), y 21 millones de personas permanecían en condiciones de extrema pobreza (2).
Este es el frente que “por amor a México”, se dispone a disputar el próximo 2 de junio la Presidencia de la República. Tratarán de asirse electoralmente de lo que puedan, carecen de proyecto de desarrollo creíble y confiable para la nación. Sus únicas cartas son magnificar la inseguridad existente, reclutar el mayor número posible de empresarios con iguales intereses y aquella prensa también desplazada de los beneficios económicos que obtenían en el régimen anterior.
Referencias:
- El Economista, 23/02/2020, (Ana Karen García),
5 gráficos sobre la desigualdad en México (eleconomista.com.mx)
- Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social, (Medición de Pobreza 2008-2018, Estados Unidos Mexicanos),