Miguel Melo González
Indignante para la población en general la última actuación de la saliente LV Legislatura de Morelos, al reformar la Ley Orgánica del Congreso para impedir que la coalición ganadora en las elecciones del 2 de junio, pueda presidir de manera simultánea la Junta Política y de Gobierno, la Mesa Directiva y la Comisión de Hacienda; además, aprobaron modificar la Ley de Servicio Civil y establecer que legisladores, magistrados y titulares de organismos autónomos, para jubilarse podrán sumar los años prestados en un cargo de elección popular o designación.
Lo anterior son una serie de acciones que pintan de cuerpo entero a estas y estos legisladores, practicantes de una política ampliamente rebasada en las elecciones del pasado 2 de junio. Acostumbrados a burlarse de la población, hicieron ajustes a la ley para que la decisión del electorado choque con una realidad que pretenden imponer a su estilo, con maniobras en resquicios legaloides para evadir la decisión que se dio en las urnas y obtener beneficios adicionales.
Por qué se niegan a respetar la amplia mayoría que el electorado otorgó a una coalición que se comprometió en campaña a sostener una política económica de bienestar, una reactivación económica con la participación de los sectores productivos (industrial, agrícola, comercial y servicios) y unas reformas que incidan en que los recursos económicos favorezcan el desarrollo de la población.
En qué política de beneficio colectivo se basan para arrogarse el derecho a la autodesignación como trabajadores, cuando claramente el artículo 51 de la Constitución Política federal establece la distinción como representantes de la nación. Omitieron la Ley Federal de Austeridad Republicana y no tuvieron consideración alguna por las extendidas necesidades de la mayoría de la población morelense.
La presente situación nos permite comprobar que en el proceso de transformación en curso, en el Congreso de la Unión, en los congresos estatales, en el Poder Judicial federal y en los tribunales de justicia de los estados, hay fuerzas que de manera abierta o velada actúan en contra de lo que decidió la mayoría en la jornada electoral del 2 de junio. Fuerzas a las que debemos sumar espacios informativos y de opinión en prensa, radio y televisión en las 32 entidades, más algunos empresarios que ya no son abastecedores o beneficiarios de presupuestos públicos.
Todos estos sectores realizan un conjunto de acciones contrarias a la decisión de 36 millones de votantes, lo ideal sería que una parte de esta cantidad de mujeres y hombres, jóvenes y adultos mantuvieran una movilización política que prevenga y evite acciones en sentido contrario como sucedió en el Congreso de Morelos.
El partido Morena tendrá que tomar nota al respecto, pues entre un proceso electoral a otro descuida la formación política y el fortalecimiento ideológico de su militancia, por eso es vario pinta la amalgama de sus candidatos, lo que da como resultado que varios de éstos primero aseguran una curul, después traicionan sin pudor a Morena, a la militancia, a la población que votó por ellos y boicotean momentáneamente el avance del proceso de transformación. Asimismo, fue evidente la falta de un liderazgo morenista en el Congreso local, derivado de la reciente experiencia es menester que la presidencia estatal coadyuve con la coordinación de la bancada en los debates parlamentarios.