Miguel Melo González
La instalación de la LXVI Legislatura federal, el sexto y último informe del gobierno federal, así como el inicio de primer periodo de sesiones del primer año de la LVI Legislatura del estado de Morelos, son los acontecimientos de mayor resonancia al comienzo del presente mes de septiembre, con toda la carga de expectativas e inquietudes que tales hechos significan para la vida pública de la nación y en nuestra entidad federativa.
En la Cámara de Diputados federal, la suma de escaños bajo la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena, PVEM, PT), rebasan el número necesario para alcanzar la mayoría calificada (334), con 364 curules a su favor logran la mayoría absoluta, por lo que será posible a estos tres partidos lograr los votos necesarios al interior de esta cámara, para modificar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, si así se requiere.
En el Senado son necesarios 84 senadores a favor de esta coalición para alcanzar mayoría calificada, actualmente cuentan con 83 senadores, por lo que están a un paso de lograrlo. La oposición ha sido arrasada tras una votación de cerca de 36 millones de votos a favor de la coalición Sigamos Haciendo Historia. No prosperó la inconformidad opositora en el Instituto Nacional Electoral (INE), así como en el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Por lo que respecta al Congreso de Morelos, en esta entidad los candidatos de la coalición Sigamos Haciendo Historia, alcanzaron 13 escaños locales: 10 para Morena, 2 para el PT y quien resultó electo con las siglas de Nueva Alianza se ha sumado a la coalición que encabeza Morena, en total suman 13, falta un solo voto para alcanzar la mayoría calificada.
El electorado que favoreció con su voto a los candidatos de la coalición encabezada por Morena, lo hizo fundamentalmente con la intención de respaldar la continuidad de una política económica de bienestar y justicia social; apoyar la creación de infraestructura que dinamiza las economías locales, crea fuentes de empleo temporales y fijos, y coadyuva en la contribución de ingresos a los ayuntamientos, estados y federación.
Un aspecto esencial y común en la mayoría del voto ciudadano del pasado 2 de junio, son el acuerdo con las reformas constitucionales que permitirán escalar la política económica de bienestar y justicia social, destacando la reforma al Poder Judicial (PJ) y la reforma electoral.
Pasarán a ser historia la corrupción y privilegios del PJ en todos sus niveles, incluyendo a jueces, ministros, magistrados, ministerios públicos, fiscalías, cuerpos policiacos, etcétera; así como en el ámbito electoral urge eliminar la reelección, los legisladores plurinominales (eso sí es una sobrerrepresentación), el excesivo financiamiento a partidos, mayor fiscalización de sus recursos, delimitar el chapulineo electoral y legislativo, entre otros.
La sociedad tendrá que estar atenta a que su voto tenga la finalidad para la que fue emitido, vigilar que el desempeño de legisladores federales y locales vaya de acuerdo con lo que el ciudadano votó en las pasada elecciones, que los poderes de la Unión republicana sirvan a la población y que los legisladores cumplan los compromisos que asumieron y prometieron en campaña. El futuro inmediato para ciudadanos y legisladores es avanzar en la democracia participativa.