OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Adiós, Cuauhtémoc

Miguel Melo González

Cuauhtémoc Blanco Bravo arribó en 2015 a Morelos, como candidato a la presidencia municipal de Cuernavaca, tras una carrera futbolística profesional calificada como exitosa por la prensa deportiva. Contratado por unos hermanos de cuestionable conducta, Roberto y Julio César Yáñez Moreno, quienes desde su aparición en el sistema político de Morelos, se han caracterizado como auténticos mercaderes usufructuarios de cargos públicos, en evidente favor a su familia y a sus respectivas esposas.

A Cuauhtémoc Blanco Bravo, los hermanos Yáñez Moreno extendieron un contrato de interés económico (en su momento se difundió que el contrato garantizaba al ex futbolista una ganancia de 7 millones de pesos) y obtuvieron la documentación necesaria para facilitar a Blanco Bravo la falsedad de afirmar ser residente de la capital de Morelos.

El ex futbolista llegó a Morelos a disputar un cargo público por interés económico y documentos que no correspondían con la realidad. Su fama futbolera hizo que alcanzara los votos necesarios para ganar la presidencia municipal de Cuernavaca, con lo cual hizo su aparición triunfal, no como profesional de futbol sino como titular de una presidencia municipal en nuestro estado.

Al ocupar Cuauhtémoc Blanco la alcaldía de la capital morelense, la voracidad de los hermanos Yáñez Moreno provocó una ruptura con el ex futbolista que existe hasta la fecha. A partir de entonces, Cuauhtémoc inicia una relación de carácter político con Morena y de manera personal con el presidente Andrés Manuel López Obrador, lo cual acarrea la adversidad del entonces gobernador Graco Ramírez.

Graco se empecinó en destrozar a Cuauhtémoc, pero como el tabasqueño se despeñó él y su gobierno en una vorágine de corrupción y nepotismo, lo único que logró fue que creciera la figura del ex futbolista, aunado a que la simpatía del electorado morelense es obradorista desde 2006, factores que catapultaron la candidatura de Blanco Bravo.

El resultado de la elección por la gubernatura favoreció ampliamente a Cuauhtémoc Blanco, ganando en los 12 distritos electorales, 53 por ciento de los votos emitidos (501 mil 743 votos), mientras que el representante panista obtuvo 14 por ciento (134 mil 54 votos) y en lejano tercer lugar el hijastro de Graco con menos de 12 por ciento (111 mil 198 votos).

Quizá la principal propuesta de campaña de Cuauhtémoc fue que haría todo lo posible por meter a la cárcel a Graco, por el cúmulo de daños al presupuesto de Morelos, a los bienes del estado y los agravios a la población. A unos días de concluir su periodo constitucional no ha logrado concretar su promesa y se ve casi imposible que lo logre, cuando en estos momentos goza ya de otro cargo legislativo federal.

Dada la incompetencia que como gobernante nos demostró Cuauhtémoc Blanco, primero como alcalde de Cuernavaca y posteriormente como gobernador de Morelos, lo que esperamos de él en este estado es que se quedé a desempeñar su nuevo cargo plurinominal en la Ciudad de México. En Morelos dará comienzo una etapa social y política en busca de concretar tareas inconclusas, abrir oportunidades de crecimiento y desarrollo y, deseablemente cerrar el paso a usufructuarios políticos foráneos y locales.