Pese a que aún no hay cifras oficiales y actualizadas de cuántos estudiantes de educación básica de pre escolar, primaria y secundaria iniciarán clases este 1 de septiembre en todo el país, se estima que sean más de 23 millones de escuelas públicas y privadas, esto de acuerdo a cifras del ciclo escolar 2024-2025.
Un nuevo ciclo que inicia con grandes retos y desafíos bajo la política educativa denominada “Nueva Escuela Mexicana”, la cual por medio de la Secretaría de Educación Pública está enfocada en transformar la educación con principios como la identidad nacional, la responsabilidad social, la honestidad, la interculturalidad y la cultura de la paz.
Y es que estos principios rectores más allá de buena voluntad, parecen ser insuficientes ante el enorme reto que implican los desafíos tecnológicos globales que tornan más complejo el acceso a la educación a través de la incorporación tecnológica, bajo el enfoque primordial de lograr una calidad educativa, acotando las brechas de desigualdad y deserción escolar, atendiendo una formación docente continua y efectiva, con centros educativos dotados de la infraestructura y recursos necesarios.
Es así como el rezago educativo en México se volvió uno de los mayores desafíos de la presente administración, y es que de acuerdo a la primera medición oficial de pobreza multidimensional 2024 del INEGI tras el extinto CONEVAL, entre 2022 y 2024 la población en situación de pobreza multidimensional paso de 46.8 a 38.5 millones de personas, lo que representa una disminución de 8.3 millones. Asimismo, la población en pobreza extrema se redujo de 9.1 a 7 millones en el mismo periodo. No obstante, la población vulnerable por carencias sociales aumentó en 2.7 puntos porcentuales, al ubicarse en 32.2% en 2024.
En el rubro educativo, el reto aún sigue siendo grave y persistente, con datos que señalan que en 2024 a nivel nacional, 24.2 millones de personas presentaron rezago educativo, lo que representa 19.4% de la población, en el que solo en 3 entidades se redujo como lo fue en Michoacán, Querétaro e Hidalgo, mientras que en Chiapas, Oaxaca y Veracruz el rezago aumento, ubicándose Morelos con un porcentaje de 17.9%, situándolo como un estado con un riesgo relativamente bajo en esta condición.
Pese a todos estos datos porcentuales la realidad es que tras la pandemia del Covid-19 la educación siendo todo un desafío, ya que los resultados del país en pruebas internacionales como PISA no han sido satisfactorias en áreas como matemáticas, lectura y ciencias, no obstante a tener una inversión que fue mayor que en 2024, la cual es insuficiente comparativamente con los estándares internacionales, bajo una necesidad de una estrategia integral que incluya mayor conectividad digital.
Y es que la educación tiene una correlación directa con el nivel de competitividad en el que existen varias realidades por entidad federativa, mientras en estados como CDMX, Nuevo León y Baja California Sur es donde existe menor rezago educativo y por lo tanto mayor competitividad, en los estados de Chipas, Oaxaca y Guerrero es todo lo contrario.
Concluyendo así que el reto gubernamental no solo debe enfocarse en el necesario acceso a la educación, sino también en lograr una calidad educativa, con modelos educativos que compitan con las necesidades globales dentro de un contexto tecnológico interconectado y cambiante, ante desafíos de hoy como la Inteligencia Artificial, ya que la educación es la principal fuente de movilidad social, por ello la vital importancia para un país de atender y dotarle de los recursos necesarios a este rubro, no sin antes mencionar que la educación es una responsabilidad compartida que inicia desde los hogares , se desarrolla en las aulas y se forja bajo la guía de docentes con vocación de servicio.
RICARDO ALMANZA GUERRERO.