Por Carlos Aguilera Rue
Es comprensible la preocupación por resolver los graves y añejos problemas que aquejan a la educación pública de Morelos; lo que no se entiende es que a casi siete años de aterrizada la Cuarta Transformación del Tigre de Macuzpana, en este sector de la sociedad, se hayan concentrado no sólo los más fuertes rezagos, sino los vicios más hirientes para quienes educan a los futuros ciudadanos: venta de plazas, tráfico de influencias, nepotismo, rezago en los pagos, irresponsabilidad, omisión y otras lindezas más; En Morelos, es el Instituto de la Educación Básica, IEBEM, el edificio moral que tendría que sostener la tan mencionada Reforma Educativa. En los últimos años los hechos desmientes estás premisas y se han exhibido conductas que apenarían terriblemente al propio Andrés Manuel.
Frente a esta deplorable realidad, está el Sindicato de Trabajadores de la Educación, que denodadamente lucha y se ha enfrentado a la cerrazón de las autoridades educativas que convirtieron a este instituto en un “mercado negro” donde existían tarifas para trámites, se vendían “paquetes’ para ingreso y promoción en USICAMM, se duplicaban y vendían plazas a quien pagara el precio de estos movimientos.
En este escenario, se encuentra Joel Sánchez Vélez, quien fue electo democráticamente y con legitimidad en su cargo, ha atendido a los trabajadores y encabezado de manera firme muchas de las añejas y sentidas demandas del magisterio como seguridad social, basificacion, prima de antigüedad entre otras,que habían sido abandonadas por dirigencias sindicales anteriores. Recientemente denunció inoperancia e ineficiencia en el IEBEM, así como vicios que afectaban a los trabajadores y la educación de los alumnos por falta de maestros, lo que seguramente enojó a sus adversarios y a quienes desde el IEBEM, operaban el negocio $$$ y a los aún dolidos y resentidos con la llegada de Sánchez Vélez al poder. Y se habla de poder, porque este sindicato aglutina a más de 36 mil trabajadores. Está posición, y su actitud de correspondencia a quienes creen en él como dirigente honesto, permitió que en fechas recientes, Joel Sánchez exhibiera los vicios en el IEBEM y exigiera el pago inmediato a más de doscientos maestros que invocaban justicia y demandan transparencia en la asignación de plazas y la desaparición del órgano regulador que de manera turbia hacía los nombramientos. Contundente, también exigió un trato respetuoso y digno para los trabajadores que han acudido a esa institución a solicitar servicios.
Este complejo y nada novedoso entramado de situaciones desviadas, colocó a Sánchez Vélez en una posición tal, que raspó los intereses de quiénes tenían el negocio en esa institucion y han reaccionado denostando al líder sindical en una ola de linchamiento político utilizando medios de comunicación y calumniándolo en redes sociales y con perfiles falsos; actitud que en nada abona a la aclaración de situaciones que conflictúan aún más estás condiciones de desigualdad en el trato a docentes que con preparación y tiempo de prelación esperan ser considerados para ser ubicados en alguna escuela.
Qué bueno que la Gobernadora González Saravia ha prestado atención a este sector que merece ser tratado con la seriedad que la función de educar a seres humanos merece.