En el día a día usamos palabras que parecen sinónimas, pero no lo son. Y esas pequeñas diferencias cambian por completo la manera en que vivimos, decidimos y enfrentamos lo que nos toca.
Hoy quiero hablar de tres conceptos que se parecen pero no juegan en el mismo equipo: conformismo, conformidad y conformación.
- Conformismo: cuando la vida se siente como una derrota anticipada.
El conformismo aparece cuando alguien deja de buscar algo mejor, no porque esté en paz, sino porque se convenció de que “ya no vale la pena”. Es rendirse antes de tiempo, dejarse caer en el sillón emocional y decir:
– “Pues así me tocó.”
– “¿Para qué le muevo?”
– “Mejor no intento, no vaya a salir peor.”
Aquí no hay aceptación, hay cansancio.
No hay sabiduría, hay miedo.
No hay paz, hay estancamiento.
El conformismo es esa sombra que te hace creer que avanzar es peligroso y que quedarse es seguro. Y no, no siempre es verdad.
2. Conformidad: cuando “estar conforme” es un punto de llegada, no de renuncia.
Aquí es importante distinguir: conformidad no es conformismo.
La conformidad, en un sentido sano, es la sensación de decir: “Estoy conforme con mi vida porque la he elegido, porque la he trabajado y porque me hace sentido.” Es un estado de gratitud madura. No es ausencia de deseo ni de ambición, es estar en paz con lo que sí hay.
La conformidad saludable nace del equilibrio:
– Aprecio lo que tengo.
– Reconozco lo que he construido.
– No necesito tenerlo todo para sentirme bien.
– No me comparo para medir mi valor.
Pero también incluye la honestidad de saber cuándo ya no estás conforme: cuando te das cuenta de que algo dejó de nutrirte, de que ya no representa lo que eres o de que estás viviendo en automático.
Porque estar conforme no significa negarte a crecer; significa valorar lo presente mientras sigues abierto a lo que viene.
- Conformación: el arte de irte haciendo.
La conformación es proceso. Es construcción. Es la forma en la que tu historia se va armando con cada decisión, cada renuncia, cada inicio y cada quiebre. Aquí no hay rendición ni comodidad: hay intención.
La conformación es cuando dices:
– “Esto soy.”
– “Esto quiero llegar a ser.”
– “Esto ya no me define.”
– “Esto lo estoy creando desde cero.”
Es el trabajo interno, lento y profundo, con el que vas moldeando tu carácter, tus límites, tu propósito y tu forma de estar en el mundo. Es caminar hacia una versión tuya más consciente, más honesta, más elegida.
En resumen:
– El conformismo te apaga.
– La conformidad te da paz.
– La conformación te construye.
La vida nos invita constantemente a distinguir entre estos tres: a reconocer cuándo estamos rindiéndonos, cuándo estamos en equilibrio y cuándo estamos en proceso de transformación.
Porque no se trata de aceptar cualquier cosa, ni de vivir en eterna inconformidad. Se trata de elegir conscientemente la vida que queremos vivir, sabiendo que cada paso, por pequeño que sea, participa en la conformación de lo que somos.
Amado de la Rosa.
Terapeuta Especialista en Inteligencia Emocional
Para consultas contáctame al 7775673378
Sígueme en redes sociales: @amadodlarosa
