- Madre acudirá a Comisión de Derechos Humanos de Morelos
El Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos se niega a dar instrucción a Diego, quien padece una discapacidad no motora. Se opone a que lo reciban en uno de sus planteles y, peor aún: ha impedido que sea inscrito en una escuela privada al negarle accesos al sistema.
La madre de Diego, Graciela Ramírez, afirmó que el siguiente paso será acudir a la Comisión de Derechos Humanos de Morelos y eventualmente a la nacional, porque incluso se puede tratar de un acto de discriminación.
Relató que ha recurrido a amparos y un juez no sólo se lo ha concedido, sino que ha ordenado que el IEBEM le dé a Diego acceso a la educación, pero las autoridades se siguen negando, a pesar de que ya se le aplicaron dos multas o de que se haya intentado inscribirlo en un colegio particular, lo cual también bloqueó el Instituto.
Las autoridades del IEBEM argumentan que Diego ya cumplió la mayoría de edad y que no puede convivir con personas menores de edad que él, cuando la madre refiere que mentalmente Diego tiene una edad de 10 a 12 años.
Fue en esas condiciones que Diego cursó la primaria, haciendo dos años por cada ciclo escolar y ha avanzado sin mayores problemas.
El IEBEM insiste en canaliza a Diego a una de sus instituciones para los pequeños que tienen capacidades morirás, que no pueden valerse por sí mismos, que tienen incluso impedimentos físicos, y eso no es el caso de su hijo, afirma Graciela Ramírez.
Todo intento de negociación o de búsqueda de apoyo del IEBEM termina en el jurídico. Es, afirma Graciela Ramírez, una institución que no procura la educación que en concreto requieren las personas como Diego, pero lo más condenable es que le hayan bloqueado incluso la posibilidad de inscribirlo en un colegio particular, que lo recibe dispuesto, pero que no puede inscribirlo porque ya Diego está bloqueado en el sistema.
El suyo no es el único caso, porque al darse a conocer su situación en los medios y en las redes sociales, han salido a la luz más hechos como el suyo, en los que la autoridad, por indolente, porque no tiene las capacidades para atender estos casos o porque no le interesan, da el portazo a las madres y padres que acuden en busca de apoyo a las autoridades responsables de la educación y de ofrecer respuestas acordes a las necesidades de las personas con capacidades diferentes, simplemente acude con lo que tiene a mano o se niega a brindar apoyo.