La situación económica en Morelos ha experimentado una especie de tercerización; es decir, incremento potencial de las actividades relacionadas con el comercio y la prestación de servicios y, en contraparte, disminución de la producción de manufacturas y de alimentos de consumo básico.
Uno de los resultados de esta tercerización ha sido que la vocación agrícola del suelo morelense, fértil y generoso, con agua abundante y de buena calidad, y clima propicio para la producción de alimentos de consumo básico, se ha reducido drásticamente, sobre todo en la zona metropolitana alrededor de Cuernavaca.
Hacia la década de los años 70 del siglo pasado, la agricultura cedió terreno e influencia en la economía de Morelos, para entonces la producción de mercancías predominaba como actividad principal con un porcentaje de participación en el Producto Interno Bruto (PIB) estatal de 26 por ciento, mientras que la agricultura se rezagó en 21 por ciento.
Esta tendencia de participación en el PIB estatal se presentó de la siguiente manera: en 1980, la proporción fue de 36 por ciento para el sector industrial y sólo 11 por ciento para el agropecuario; en 1990, 32 por ciento para el industrial y 9 por ciento para el agropecuario; mientras que en esa década el comercio y los servicios en conjunto alcanzaron el 50 por ciento en el porcentaje del PIB estatal.
La caída de la actividad agropecuaria o primaria de la economía en Morelos se vio reflejada en la disminución de la superficie dedicada a la producción alimentaria, en detrimento de cultivos básicos como frijol, maíz y arroz que dejaron de ser rentables en comparación con otros productos que ofrecían mayores rendimientos como cebolla, jitomate, sorgo y hortalizas, los cuales atrajeron a inversionistas del campo.
En consecuencia, fue desplazada la producción de cultivos para consumo básico, así como de caña y arroz; en general la producción agrícola del estado fue a la baja, los precios cayeron al igual que los rendimientos y la superficie cosechada. Otro cambio significativo para el desplazamiento de la agricultura en Morelos, consistió en utilizar parcelas para sembrar forrajes para el ganado, afectando así los cultivos para el consumo humano.
Con este cambio en la vocación económica de Morelos se observaron algunos fenómenos sociales, entre los cuales se puede mencionar un acelerado crecimiento demográfico en las ciudades de Cuautla, Cuernavaca y Jojutla, así como en los municipios aledaños a éstos.
A partir de la década de los años 90 del siglo pasado creció la actividad industrial, sobre todo en la región oriente del estado; de manera paralela se produjo un acelerado establecimiento de pequeñas unidades de comercio al menudeo, proliferación de centros comerciales con escaparates de entretenimiento, restaurantes, cines y bares. En el sentido inverso se recrudeció un riesgoso abandono de la producción de alimentos de consumo básico.
Esta baja en la producción alimentaria se hace presente en nuestros días en todo el país, un reporte reciente de la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD), indica que México se ubicó en 2022 en la quinta posición mundial entre las economías que más incrementaron sus importaciones de cereales en términos de volumen; mientras que en términos de valor nuestro país fue en ese mismo año el tercer importador de cereales en el mundo.
El siguiente gobierno en Morelos deberá tener como una prioridad económico social, la elaboración y puesta en marcha de un plan de desarrollo que contemple mayor impulso a los sectores agrícola e industrial, si en verdad se propone garantizar una recuperación económica con apertura de oferta laboral como primicia para el desarrollo, y estimular la actividad agropecuaria provocando el retorno de mano de obra para la producción de alimentos de consumo básico.
A propósito de la inminente temporada de campañas electorales para elegir presidentes municipales, gobernador o gobernadora, legisladores federales y estatales, cualquiera que pretenda apoyo a su candidatura deberá contar cuando menos con un diagnóstico socio económico de la situación en el estado y una propuesta de recuperación económica para los habitantes de las diferentes regiones. Sólo así podrán hacerse de un mínimo de credibilidad en su campaña proselitista.
Consultas bibliográfica y hemerográfica:
Desarrollo económico del estad de Morelos. Indicadores y análisis histórico.
María Victoria Crespo (coordinadora), primera edición, México, Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), Consejo Coordinador Empresarial (CCE) de Morelos, Secretaría de Economía del Gobierno de Morelos, 2018, 280p.
ISBN 978-607-8519-89-7
El Economista, 27/09/2023, (Roberto Morales),
Miscelánea morelense
Por: Miguel Melo González