OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

AYUDEMOS A NUESTROS CHIQUILLOS A SUPERAR SUS INFIERNILLOS.

Sólo cuando visitas al infierno y se han disuelto en cenizas tus anhelos; puedes resurgir, desplegar tus alas y con renovadas esperanzas y sueños, remontar el vuelo.

La violencia es un mal que corroe los cimientos de nuestra sociedad; Nos saturan con falsa información los difusores de la distorsión; casi todos los noticiarios enfatizan en las notas rojas; pese a que la percepción de la ciudadanía ha disminuido en torno a la violencia; siguen hablando de crímenes sin recato ni prudencia.

Vemos, escuchamos y leemos noticias de violencia con tal normalidad que lo hacemos mientras comemos con la familia o en momentos de esparcimiento; pareciera que se ha vuelto una necesidad o perniciosa adicción, devorar desastres y sufrimientos.

Cierto, somos una sociedad enferma, consumista y compulsiva; pero todos estamos obligados a remar organizados y con renovado entusiasmo para no sufragar y seguir padeciendo a la deriva.

Normalmente estamos de acuerdo con el cambio, pero de manera gradual y armoniosa; nos agrada el orden y la disciplina; nos sentimos seguros y confortables cuando a lo que nos rodea, se le domina.

La mayoría somos existencialmente conservadores y tradicionalistas; se nos olvida que no somos inmortales sino temporales; por tanto, creemos que los cambios y transformaciones no deben darse por voluntad, sino por la necesidad.

Lo cierto es que a veces, se vuelven indispensables e inaplazables los cambios radicales; y las transformaciones psicológicas y espirituales.

Por supuesto que lo anterior no puede ocurrir en quienes viven contentos y satisfechos; el renacimiento psicológico, se registra y es propicio, en corazones heridos y maltrechos.

La mitología está repleta de ejemplos de visitas al averno y de extremos sacrificios; como antecedente previo para luego resurgir con naturalezas celestiales, encarnados en imbatibles guerreros, que exaltan los valores y hacen olvidar los vicios. (Heracles, Orfeo y Ulises, entre otros)

Todo buen herrero, sabe que es con el fuego como se templa el acero.

Frente al caos y crisis de identidad; requerimos asumir una postura de humildad intelectual; que nos permita ejercer a plenitud, la curiosidad y libre creatividad.

Renunciar a las neuróticas existencias disfuncionales; es una de nuestras principales responsabilidades; sólo se es digno de disfrutar del sereno optimismo, cuando decidimos ser dueños y tomar las riendas de nosotros mismos.

LA MISIÓN DOCENTE.

Por: El Profesor Nicanor Pérez