OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Carta de denuncia social

El pasado lunes 11 de marzo, una vez más la ciudad de Cuernavaca se vio colapsada por la inconformidad de habitantes de varias colonias por el deficiente servicio de abasto de agua. Problemática ya de años que se extiende cada vez más en esta ciudad capital.

La escasez de agua en las colonias provoca no sólo inconformidad ciudadana, sino que ahora ofrece oportunidad para que delincuentes aprovechen los bloqueos vehiculares y se dediquen a cometer actos en contra de la población.

En la fecha señalada, quien esto escribe fue atacado por delincuentes en uno de tantos congestionamientos vehiculares registrados. Imposibilitado para dar marcha adelante o atrás, fui sorprendido por un sujeto que de manera violenta violó el seguro del auto que conducía y se subió con el cuento que yo lo había atropellado calles atrás. De inmediato se acercó un taxista bloqueándome toda posibilidad de maniobra y ofreció ayuda al delincuente, quien ya se había trepado al vehículo por mí conducido. Fue evidente la complicidad del taxista con el transgresor.

Como producto de que en la capital de Morelos, la inmensa mayoría de la comisión de delitos quedan en la impunidad, los malhechores actúan cada vez con más cinismo y violencia. Es decepcionante para la ciudadanía que la autoridad policiaca y de gobierno responsables del combate al delito sean visiblemente superados por la delincuencia.

La extendida presencia del delito no sólo daña a las víctimas directas, atenta contra la economía en general, pues las actividades productivas de la población se inhiben ante el embate de la delincuencia y la ineficacia de la autoridad policiaca y la autoridad de gobierno.