OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Cegueras que no se ven

En Ensayo sobre la ceguera, José Saramago describe una epidemia extraña: las personas, de un momento a otro, dejan de ver. Pero la verdadera pregunta no es qué pasa cuando perdemos la vista, sino qué pasa cuando viendo… dejamos de mirar.

La novela es una metáfora sobre la sociedad moderna. No habla de pupilas ni de córneas, habla de esa ceguera moral y emocional que nos vuelve indiferentes. Podemos tener una visión perfecta y, aun así, no ver al que sufre, no ver la injusticia, no ver al otro como igual. Cuando Saramago muestra el caos al que llegan sus personajes, en realidad nos muestra a nosotros mismos: cómo, bajo presión, aparecen el egoísmo, el abuso, la pérdida de valores. Y también, cómo la solidaridad y la humanidad pueden sobrevivir en los pocos que se niegan a dejar de mirar. Esta ceguera no llega de golpe. Se instala despacio, disfrazada de rutina: “Así son las cosas… así ha sido siempre… no hay nada que hacer.” Es la ceguera que aceptamos porque incomoda menos que abrir los ojos.

Reflexión final

La verdadera vista no está en los ojos, está en la conciencia de reconocer al otro como humano. Cuando dejamos de mirar con empatía, vivimos rodeados de gente, pero aislados. La cura para esta ceguera no es la medicina, es la humanidad: mirar al otro y decir “a ti también te veo”.

Amado de la Rosa.

Terapeuta Especialista en Inteligencia Emocional

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