OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Desinterés y política-

La política es una ciencia que no es potestativa del grupo de personas que se desgarran las vestiduras “por servir” a todos los mexicanos. En el ejercicio de la política lo que se busca en una convivencia que se enmarque en todo un marco de valores, mismo que nace en lo más delicado de la sociedad, que es la familia. Las personas que se encuentran trepadas en la parte más alta de la escalera, debieran, que no lo son, ejemplo de cómo se debe convivir con nuestros semejantes, pero en lugar de esto, los hombres y las mujeres que andan a la greña por lograr un puesto en el gobierno, les vale un soberano gorro, arrastrar su dignidad a cambio de lograr ingresos económicos, que los convierte en una élite indiferente a las necesidades del pueblo, un pueblo que sufre la pobreza, el hambre, la injusticia y la marginación y con todas estas situaciones son los que ellos, los políticos los toman de pretexto para organizar planes y programas que no son para solucionar los problemas de los menesterosos sino para que estos abusivos puedan engrosar sus cuentas bancarias. En lógica se dice que no es correcto generalizar, no se debe decir, todos, pero si es adecuado señalar, algunos, pero hay “algo” que a manera matemática les sirve de denominador común, que es, el ansia desmedida de como sea, lograr el poder. Ahora, en plena campaña por todos los puestos políticos, se ha hecho evidente el desinterés de quienes tienen la responsabilidad de cuidar la vida de sus contlapaches, no importa el color que lleven en la camiseta. A los que aún están en el poder, les vale madre que cada día aumenten los asesinatos, las muertes violentas de hombres que siendo candidatos, que no tienen la seguridad de ganar, los matan porque no convienen a los intereses de los que en el bajo mundo manejan los hilos de la política, y mientras esto sucede a lo largo y ancho del país, Andrés Manuel López Obrador, el presidente itinerante, sigue haciendo campaña por su partido y su corcholata. La lucha entre las aspirantes a la presidencia de la república, es descaradamente desigual, todo el aparato del estado está en cínico apoyo con doña Claudia, una mujer que ya se siente tan segura que ya ha empezado a tomar decisiones que no le corresponden, y ella debiera saber que para quitarle la piel al lobo hay que esperar que realmente esté muerto, la señora, que ha olvidado un principio elemental, es que el poder no se comparte y que ella no habla por sí misma, sino que sólo hace llegar los mensajes que le son indicados y permitidos. Claudia S. es la imagen misma de la prepotencia, de la mujer fría, que no sabe lo que es el grato sabor de la sonrisa, una mujer que no tiene empatía por las mujeres que sufren la pérdida de un hijo, que no se conduele con las madres buscadoras de hijos que no saben si viven o han muerto, ella, no se cansa de decir que México va a cambiar y a mejorar cuando se acaben las causas que originan la violencia, esa es una misión imposible, López Obrador, en nada mejoró al país, al contrario con tanta dádiva lo hizo más miserable, más dependientes, más ignorantes, todo, porque así conviene a los intereses de la 4T. No ha sido casual que el presidente se haya dedicado a dividir a todo el pueblo de México, siempre con la burla, el sarcasmo y la ironía, siempre los calificativos, la denostación y su arrogancia. ¿Por qué la deferencia con la mamá del Chapo y el desprecio por una mujer que con su pala de trabajo ruega, suplica ser recibida por el monarca del palacio y él, genofóbico, la deja a la intemperie y como tiene el poder la hace valer mandándola ¡al demonio! Sin importar que sea una mujer mayor, pobre, del pueblo y doña Claudia se burla de ella recomendándole que no critique al presidente-gobierno. El adjetivo calificativo que se da a una persona del sexo masculino y que de manera abusiva maltrata a una mujer, se le dice patán, que se refiere a un hombre aldeano, rústico, ignorante y majadero que se luce haciendo víctima a una mujer de condición humilde de su soberbia y machismo, porque haberle cerrado la puerta de la casa de todos los mexicanos no solamente a Doña Lucy Flores, a Xóchitl Gálvez y a los padres de los normalistas, esa no es actitud de hombre civilizado y que tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de todo un pueblo. El desinterés por la población se hace más que evidente cuando reinstala a Hugo López Gatell, como su asesor de cabecera, no hay duda, Dios los hace y ellos solitos se juntan, el tal Hugo, ¿creerá que ya se nos olvidaron los muertos de la pandemia? Él es el responsable de los mis miles y miles de fallecidos y que aunque tiene el beneplácito de su patrón, como decía Doña Lupe, ¡Hay un Dios! HASTA LA PRÓXIMA.