Usted nació biológicamente de sus padres, éstos tienen la obligación de proporcionarle alimentos, es decir, las condiciones mínimas para vivir dignamente hasta los 18 años y si sigue estudiando, tiene derecho a que le sigan proporcionado alimentos hasta los 25 años. Durante dicho periodo, usted debió de tener un empleo y por ello mantenerse económicamente y si decide formar una familia, proporcionar alimentos de la misma manera tanto a sus ascendientes como descendientes. Entonces, usted tiene una decisión sobre la calidad de vida que quiera tener, es decir, si estudia o no o consigue un empleo de ello se refleja su vida presente y futura y las expectativas económicas que usted considere. El artículo 4, 5 y 123 de la Constitución, le garantiza a usted del derecho a la alimentación, a una vivienda, el acceso a becas y programas sociales y la libertad de trabajo. Por lo que le pregunto, ¿el acceso a los programas sociales le da una calidad de vida suficiente?, ¿no le gustaría mejorar su calidad de vida?; la única forma legal es a través del trabajo, es importante esta reflexión, sobre todo si usted depende de dichos programas sociales puesto que su futuro no está garantizado con ello.
Quiero reflexionar con usted que la libertad es un aspecto importante para poder tener un ámbito de decisión, dentro de ello, el Estado debe tomar y proporcionar todas las medidas necesarias para que todos los ciudadanos podamos tener patrimonio y esto redunda en su libertad económica, es decir, que lo que usted tiene es suyo y de nadie más. Por ello le invito a tener una seria reflexión sobre los programas sociales y su libertad, hasta donde la sociedad se hace dependiente o no de ello y su impacto en todos los entornos de nuestra comunidad.
La competitividad de la vida moderna, donde el trabajo constante y la productividad son exaltados, surge una pregunta: ¿tenemos derecho a la pereza en México?, como en muchos otros lugares, la búsqueda de un equilibrio entre el esfuerzo laboral y el descanso es crucial. Todos los trabajadores en este país cuentan con mínimamente 30 minutos para descansar y reponer energías, un día de descanso semanal y a disfrutar un mínimo de 12 días de vacaciones consecutivos que se incrementarán durante los años que usted labore. En México, la realidad laboral es desafiante. Por ejemplo, los teletrabajadores cuentan con derecho a la desconexión, es decir que no estén todo el tiempo “conectados” a su computadora, tableta o computadora.
El concepto del derecho a la pereza se remonta al siglo XIX, Paul Lafargue, yerno de Karl Marx, escribió un influyente libro titulado “El derecho a la pereza”. En él, argumentaba que la lucha por el descanso era, en realidad, una lucha anticapitalista². La pandemia ha puesto de manifiesto la importancia del equilibrio entre trabajo y descanso. Las empresas están reconsiderando las políticas de flexibilidad laboral. El futuro podría incluir una mayor conciencia sobre el derecho a la pereza, promoviendo una cultura que valore tanto la productividad como el bienestar. En resumen, el derecho a la pereza no es simplemente holgazanería; es una cuestión de salud, equidad y calidad de vida. Quizás debamos recordar que, en ocasiones, la verdadera riqueza está en el tiempo libre bien aprovechado.
²: Lafargue, Paul. “El derecho a la pereza.” La Izquierda Diario. [Enlace](https://www.laizquierdadiario.com/Que-viva-la-pereza-todo-el-mundo-detesta-el-trabajo)