OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

El Disfrazado personaje morelense.

El disfrazado cambia su aspecto para que no sea conocido, intenta ocultar lo que siente con palabras y vestir indumentaria con ropa vieja, agrega un pedazo de manta para taparse el rostro para burlarse de los españoles. Mezcla de rituales ancestrales con los de la nueva cultura y así, dio como resultado una fiesta pagana-religiosa.

El chinelo tomo forma al paso de los años, convirtiéndose en el personaje más popular y tradicional que da origen al Carnaval Morelense. Con sus diferentes estilos da vida, al personaje que alegre brinca al ritmo contagioso de los instrumentos de viento al compás de la tambora, la trompeta y los platillos.

Las cuadrillas o comparsas recorren las calles de los pueblos morelenses, podemos admirar la vestimenta túnica en manta o aterciopelada, máscaras con largas barbas, sombreros bordados y en la punta plumas.

Este 2024, en el mes de enero de acuerdo al calendario popular da inicio a sus carnavales. El jueves 18 de enero, inicia el carnaval en Jiutepec, hasta el día lunes 22; Emiliano Zapata el 2 de febrero; Tlaltizapan, del 9 al 13 de febrero; Tepoztlán, del 10 al 13 de febrero, Tlayacapan, del 11 al 13 de febrero; Yautepec, del 16 al 18 de febrero; Anenecuilco, del 31 de marzo al 2 de abril; así vamos a ir descubriendo las fechas para los demás municipios. Colorido entre sus chinelos, música, danza, algarabía, gastronomía, un mosaico de historia y tradición.

El Carnaval tradición de los pueblos, que ha enriquecido su identidad a través de sus artesanos que elaboran el sombrero, máscara y traje, acompañado de su volantón.

Cada municipio se manifiesta de acuerdo a sus relatos, tradición oral que nos llevan de la mano para entender cómo se fue formando la costumbre. Destacó, una tradición morelense, que a través de los tiempos Tlayacapan, Tepoztlán y Yautepec le fue dando personalidad a una de las expresiones que hasta nuestros días no hace estar orgullosos.

Los huehuentzin con pasos al ritmo de un sonido de objetos, un bote, cacerola, flautas de carrizo, silbatos, un chiflido, ellos con ropas viejas dan pasos danzarines de un lado a otro. Todos ellos en cuadrilla, por las calles se ven. Esta tradición se retomó para que, las nuevas generaciones visualicen la importancia de la identidad que da paso a la fiesta más esperada del año.

Tzinelo, que más tarde la palabra en náhuatl por su lingüística “Chinelo”, se hacen acompañar por su música, el son se hace acompañar con la danza; tristemente se han perdido sus escritos, lo que sí se afirma que el brinco tiene más de un siglo.

Sabemos que, El Carnaval no nación en nuestro país. Pero sí, la celebración del chinelo, que es el orgullo del morelense. De origen pagano “Adiós a la carne”, entre máscaras, música y vino se realizaban.

Los españoles en la época de la colonia, los hacendados trajeron esta fiesta a nuestro México.

Su resistencia, ha permitido recrear y reconstruir el sentido propio de esta tradición popular, que a lo largo del tiempo mantienen viva a pesar de los embates del tiempo.

Podemos decir, el disfrazado personaje morelense que desde sus inicios comenzó a vestirse con ropas viejas (Los huehuenches), hasta llegar a la vestimenta y mascara, que ahora conocemos. El chinelo, su música, su ritualidad es parte de su resistencia.

Dentro de la memoria colectiva, nos dice a partir de haber surgido en la zona Sur del estado, se fue expandiendo por gran parte del estado.

Jesús Sedano Hernández