Todo indica que la aplastante ofensiva en la franja de Gaza contra la población palestina, será realizada en cuestión de días o tal vez horas por parte del ejército israelí. Dos hechos dan lugar a pensar que está cercano el ataque destructivo: primero, la advertencia del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, al secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, a quien manifestó en fecha reciente que Israel no aceptaría poner fin a la guerra en Gaza, aunque hubiese un acuerdo de alto el fuego y liberación de rehenes; en segundo lugar, la policía de Israel ha cerrado y confiscado el equipo del canal de noticias Al Jazeera, hecho que es considerado como una táctica del gobierno israelí para desaparecer cualquier información y testigos de las próximas acciones bélicas en la franja de Gaza.
Además de las anteriores acciones, el jefe de la agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Refugiados Palestinos, denunció que autoridades y ejército israelíes le han impedido por segunda ocasión desde octubre del año pasado, entrar en Gaza con el objetivo de llevar ayuda humanitaria, al mismo tiempo que el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, advierte sobre la presencia de una hambruna en en el norte de Gaza.
En el resto del mundo hay expectativa ante la inminente embestida de muerte y destrucción que Israel está a punto de cometer en contra de la población palestina, país que desde octubre del año pasado ha sufrido la muerte de más de 34 mil habitantes y alrededor de 80 mil personas han sido víctimas de agresiones sangrientas. En tanto, los últimos reportes de agencias de noticias internacionales señalan que las ciudades de Rafah, Deir Balah y Gaza fueron blanco de nuevos bombardeos aéreos de Israel.
La corrupción hoy
En la vida política de este país, hace poco tiempo simular era cosa de todos los días. Simulación en los partidos políticos, con legisladores, funcionarios de gobierno de todos los niveles, jueces, Ministerios Públicos. Simular era cosa común porque en las esferas del oficialismo era como cubrir y cubrirse las espaldas unos a otros. Los hechos y las evidencias públicas se desvanecían en el olvido y la corrupción.
Hoy para confrontar a la realidad parece que es requisito indispensable portar una hoja de servicios limpia, o de lo contrario el sujeto público puede ser desenmascarado o desenmascarada cuando menos lo espera.
Al parecer eso sucede a la comentarista política y presidenta de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), quien tiene años de confrontar al régimen actual y hoy éste decide exhibirla como una persona con antecedentes de conducta delictiva. Señalada como protagonista en un hecho de corrupción, se le atribuyen delitos por tráfico de influencias, mentir en la causa de la muerte de su esposo cuando éste era alto funcionario de Pemex omitiendo esperar un dictamen pericial del Ministerio Público y cobrar de manera indebida una pensión vitalicia por más de 31 millones de pesos.
La Lección para esta señora y para quienes actualmente hacen de la descalificación al oficialismo su modus operandi, es si se van a confrontar con el poder político más vale que su hoja de servicios no contenga antecedentes de conducta delictiva, de lo contrario van a salir cuando menos con raspones, o tal vez hasta con una denuncia penal a cuestas.