OPINIÓN DE ESPECIALISTAS

Suplantación de identidad: Un delito que crece con mayor frecuenciaFrancisco Hurtado Delgado.

La suplantación de identidad se ha convertido en uno de los delitos más comunes en nuestra época y del que poco se habla. Antes, robar la identidad de una persona implicaba falsificar documentos o bien hacerse pasar físicamente por otra persona.

Hoy eso es cosa del pasado, pues para suplantar a otra persona basta con una fotografía tomada de alguna red social, un número extraviado o bien un descuido al compartir información para que alguien más pueda convertirse en otra persona de forma sencilla, haciendo que la identidad que es algo tan personal e irremplazable, se vuelva más vulnerable.

En esencia, la suplantación de identidad ocurre cuando alguien utiliza los datos personales de otra persona sin su autorización, con el fin de obtener un beneficio o generar un daño. En Morelos, esta conducta se encuentra prevista y sancionada por el artículo 189 bis del Código Penal, el cual dispone que “al que por cualquier medio, suplante la identidad de otra persona, u otorgue su consentimiento para llevar a cabo la suplantación en su identidad; causando con ello un daño o perjuicio u obteniendo un lucro indebido, se le impondrá una pena de uno a cinco años de prisión, de cuatrocientos a seiscientos días multa y, en su caso, la reparación del daño que se hubiere causado.

Con ello, lo que antes parecía imposible, ahora tiene consecuencias concretas como: prisión, multa y la obligación de reparar el daño generado. Asimismo, la norma no solo se limita al robo de documentos o identificaciones oficiales, sino que también contempla los fraudes digitales; es decir, si alguna persona utiliza medios electrónicos, sistemas informáticos o intercepta datos para suplantar identidades o bien si transfiere, posee o usa datos personales, sin autorización para acceder a bases de datos ajenos o asumir identidades por internet, también incurre en el mismo delito.

Sin duda, la incorporación del delito de suplantación de identidad, representa un avance real en la protección de las personas, pues nos encontramos en una era digital, donde los datos personales se encuentran en constante circulación, ya que suplantar una identidad es un riesgo real, que puede generar consecuencias que van desde solicitar préstamos, comprar productos diversos en línea, incluso hasta llegar a extorsionar; lo cual puede llegar a generar no solo un daño económico, sino también social, emocional, laboral y sobre todo que pone en riesgo la libertad.

En fin, pues más allá de la sanción, no debe perderse de vista que de por medio se encuentra nuestra identidad, la cual debe ser inviolable, por lo que prevenir este delito, es salvaguardar lo que somos y en un mundo hiperconectado, esa protección es más necesaria que nunca.