“Si soy lo que tengo y lo que tengo lo pierdo, entonces ¿Quién soy?
-Erich Fromm-
Desde que tengo memoria, he afirmado que mi mayor temor es la soledad y no me refiero a la soledad clásica de quedarme solo en casa o en algún lugar, sino a la soledad de sentir que las personas no me quieren ni me aprecian, esa soledad que a algunos nos impulsa a estar siempre al servicio de los demás creyendo que sí no lo hacemos los demás nos dejarán de querer. Es esa soledad la que me asusta profundamente. ¿Pero por qué?
Vivimos en un mundo que constantemente nos dice que si no estudiamos, no seremos alguien en la vida. Si alcanzamos ciertos puestos, tendremos un mejor salario. Si no hacemos lo que se espera de nosotros, nos volvemos insignificantes. Así, pasamos la vida creyendo que solo al cumplir con las expectativas de los demás nos convertiremos en personas realizadas. Nos olvidamos de lo que realmente queremos, de nuestras pasiones, y perdemos nuestra identidad en el proceso. Descuidamos la búsqueda de nuestras propias herramientas para vivir, que no solo se basan en el conocimiento, sino también en la sabiduría para aplicarlo. No se trata solo de lograr cosas, sino también de cultivar la humildad para inspirar a otros a través de nuestros logros. Perdemos de vista la importancia de darle sentido a la vida reflexionando sobre nuestros deseos, porque en algún momento nos sumergimos en la búsqueda constante de satisfacer al mundo externo, olvidando nuestro mundo interior.
Amado de la Rosa.
Psicoterapia y Coaching.
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